Bueno, es conocido su carácter huraño, borde, especialmente ante los periodistas, Pero tenía otro lado íntimo muy afectuoso e incluso tierno. El problema es que podía pasar de un estado a otro en un segundo. Desconcertante.

Un artista con una carrera tan irregular y variada tiene obras que no captaron la atención del público y fueron masacradas por la crítica. Escribiendo Catálogo irracional he redescubierto el vilipendiado Sally Can't Dance de 1974, un magistral manifiesto trash. Y Luego está un viejo favorito, The Bells, de 1979, una fusión de rock y jazz en la que buscó nuevas sonoridades y una nueva voz. Por último, Magic and Loss, de 1992, un disco duro por su temática, la enfermedad y la muerte, pero esencial en su discografía. Y un álbum en vivo, Animal Serenade, de 2004, la mejor introducción al Lou Reed de los últimos años.

Bowie fue de los primeros seres vivos en escuchar el primer álbum de Velvet Underground, en 1966, antes de que se publicase. Lo trajo de Nueva York su manager de entonces, que había conocido a Warhol. Luego, por supuesto, Bowie produce Transformer, el gran éxito comercial que lanza la carrera de Lou. En 1979 tuvieron una sonada trifulca en un restaurante londinense y llegaron a las manos, con Lou abofeteando y vapuleando a David. Pero en los últimos años reconfirmaron su amistad. Lou fue el principal invitado de Bowie en su 50 cumpleaños, celebrado con un concierto en el Madison Square Garden.

Fue masacrado antes incluso de ser publicado. Nadie entendió la alianza entre Lou Reed y Metallica. Y cuando finalmente apareció, la crítica, salvo excepciones, se lo cargó a muerte. A mi me parece una obra maestra, su testamento. El tío se fue como había llegado, rompiendo conceptos, atravesando barreras. Qué tío...

Tardé unos nueve meses en redactarlo, fue un proceso rápido, pues quería que fuese un texto fresco y espontáneo. No quería elaborarlo demasiado, hacerlo erudito y pretencioso, pues eso encajaba con la forma de trabajar del propio Lou, tan vitalista y del momento. Sin embargo, el libro seguramente empezó a concebirse cuando le vi en vivo por vez primera, en 1975. El principio de una maravillosa obsesión.

Fue en 2012 en Burdeos, el último concierto que le vi. Espectacular, nueve músicos en escena, temas de Velvet, temas de Lulu y los éxitos de siempre. Nos despedimos con un abrazo y ese fue el final de nuestra relación. Seguimos teniendo sus canciones, no lo olvideis...