Ni se imagina. Y también me quitaba mucha salud.

No suelo hablar de mi vida privada, no es propio de un rey. Pero sí quiero dejar claro que muchas veces se cometen errores. Y que más veces aún, la Historia se nutre de tópicos que jamás han podido ser demostrados.

Sí, la verdad es que no sé en qué estaba pensando en ese momento. En mi descargo, decir que cuando un rey rectifica un error, aun a sabiendas de que lo está cometiendo, empieza a perder el respeto de quienes le rodean. Y de sus súbditos.

Que sigue siendo hermosa. Y que muchos turistas van a ver donde nací. Eso significa que no todo lo habré hecho mal, ¿no?

El mundo dejó de tener solución desde el mismo momento en que apareció el hombre y es apasionante desde el momento en que nació la primera mujer.

Hay cosas de la Leyenda Negra que difícilmente puedo probar que no sean ciertas. No todas, pero alguna hay. Ésta le aseguro que de cierto tiene bien poco. Sólo por el cariño que le profesaba mi querida esposa Isabel, jamás se me hubiera pasado por la cabeza. Recé mucho por mi hijo, ni lo dude. Pero Dios no me escuchó.

Grandes ciudades. Pero Madrid estaba a medio camino de todas partes. Y no iba a construir El Escorial para verlo en pintura, ¿no?

Me da envidia. Isabel de Osorio hubiera sido una excelente reina y no pudo serlo por ser plebeya.

Igual que Demencio la demencia. No.

Eso fueron cosas de mi querido Ruy Gómez y él.

Que si yo hubiera dispuesto de internet en mi época otro gallo hubiera cantado en muchas cosas.

Mal, la verdad. Me acusaban de mis continuas bancarrotas, pero en eso tampoco se ha mejorado mucho.

Las cosas de la familia, en la familia se quedan.

Noto algo de pereza en quien me hace esta pregunta. ¿Acaso no puede encontrarse ese dato de mí en la interesante wikipedia? ¿Esperáis que os dé una primicia diciendo que tuve algún hijo más de los que se me atribuyen? Yo conté ocho. Y solo dos vivían cuando Dios me llevó. Jamás debe morir un hijo antes que su padre.

Supe que mi padre tenía razón cuando me aconsejaba que desconfiara de todo el mundo.

Coco Chanel y Saint Laurent se atribuyen poner de oda el negro. Yo lo hice antes. El negro es la elegancia y la pulcritud. Y afina la figura. pero si queréis seguir investigando las razones os daré dos conceptos: palo de campeche y la cochinilla. El negro y el rojo. El rey y la iglesia. A estudiar.

Creo que conmigo pasa como con tantas figuras importantes del reino: no hay término medio. O te odian o te aman. Y entre medias hay un terreno muy grande que pocos recorren: la documentación y el respeto. La certeza de que nadie es malo o bueno por completo. Héroe o malvado. Esta dicotomía es propia de mentes retrasadas y belicosas en exceso.

Fui rey. No cronista, historiador ni profeta. Bastante esfuerzo dediqué a que mi hijo aprendiera algo, no me pidáis más.

¿Habéis visto galopar a un unicornio?

La muerte de Isabel de Valois.

Los años cambian muchas cosas. Pero Valladolid sigue siendo una bella ciudad.

Creo que esta pregunta se la tendría que hacer a otro. Aunque sólo fuera por educación. Veo que muchos plebeyos de estos nuevos tiempos carecen de ella de la misma manera que en mi época.

No negociar a tiempo con Egmont. No escucharle.

Porque creía que sabía de lo que no sabía. Y me3 rodeé de malos consejeros. Pero a posteriori es muy fácil criticar.

Saber escuchar. Y no fiarse de nadie.

Me equivoqué en muchas cosas. Pero acerté en otras muchas. Y no olvidemos la herencia recibida.

Si quieres reinar y pasar a la posteridad, rodéate de buenos cronistas.

Mucha. Y muy dolorosa, os lo aseguro. Pero hay veces que lo personal no puede interponerse en los asuntos de Estado.

El presente siempre es el efecto de la causa del pasado.

Mi abuelo tenía éxito con las mujeres.no cabe duda. Pero mí no me fue nada mal, os lo aseguro.

Estaba de moda. Y rodearse de santos es una buena protección. Aunque al final, siempre te acabas muriendo. Poco me ayudaron, es cierto. Pero había que intentarlo.

Eso pregúntaselo a Olivares. Él me dijo que porque para contar una historia hay que tener un punto de vista para no dispersarse. Y que América era otra novela, no la misma. Yo he sido rey, no novelista. Así que me he fiado de él.

Hay mucho ruido. Es lo que menos me gusta del presente. Pero sigue siendo una ciudad maravillosa y los lugareños gente de bien.

Eso es cuestión de Olivares. Él tiene claro que si le dejan hacer una serie como Isabel (que creó y escribió su primera temporada junto a su hermano y Anaïs Schaaff -apellido muy Habsburgo, por cierto-) que la haría.

Se me fue de las manos. Dejé todo a la providencia. Y la providencia es una mujer que no siempre cumple tus deseos.

Mucho. Y bien que me dolió, digan lo que digan algunos indocumentados.

La vida te va marcando, no cabe duda. Pero no fue la única experiencia que lo hizo, os lo aseguro.

Isabel era intocable para Castilla. Su obra y su memoria. Y respetada en toda Europa. Yo no iba a ser menos.

No. pero hay que reconocer que gobernar medio mundo no es fácil. Se lo aseguro.

Mi cuadro preferido de El Escorial lo pintó Dios y es su paisaje.

No me encontraba más a gusto que en mis aposentos. El paisaje que uno debe ver más a menudo es el interior de tu persona. Hasta nunca es un término que puede emplearse con un plebeyo, no con un rey como yo. Yo siempre estaré presente en la memoria de España. Para bien o para mal. Es lo que hay, por mucho que os moleste.

De éste libro no me quejo.

De la nobleza desconfío. Sea vieja o reciente.

No podrán, se lo aseguro.

Siempre Isabel de Osorio. El primer amor es eterno.

Tienen mucho menos encanto que mi familia. Y en el fondo, acabaron centralizando y eliminando fueros. Y esa idea era mía de hace mucho tiempo. Que le pregunten a Aragón.

Que el mal de nuestra economía viene de lejos. Y que siempre ha faltado un plan. Yo mismo no ayudé a ello.

Yo de cosas de vuestro presente prefiero no hablar. El tiempo hablará por mí y por él. La posteridad es muy hija de puta, eso sí que puedo decirlo.

No hay más allá que el recuerdo que tengan de uno. Y ese recuerdo no se comparte.

No más que en mi biblioteca. Los libros muestran paisajes más hermosos que la realidad.